Desc: Lake Placid Serenade: Dirigida por Steve Sekely. Con Vera Ralston, Eugene Pallette, Barbara Jo Allen, Robert Livingston. En un tranquilo invierno de antes de la guerra en Checoslovaquia, el genial padrino de Vera Haschek, Jaroslaw Haschek, le regala a la joven su primer par de patines para hielo. Pronto, sorprende a la gente de buen corazón de su pueblo con su habilidad y es aclamada como una maravilla sobre el hielo. Gana el campeonato de patinaje sobre hielo de su país y es invitada a patinar en el fabuloso Carnaval de Lake Placid en Estados Unidos. Vera recibe una oferta de contrato del entusiasta showman Carlton Webb y su agente de prensa Jiggers, pero ella los rechaza. El patrocinador financiero de los dos hombres es una mujer rica, charlatana y cazadora de hombres llamada "Condesa". Vera causa sensación en Lake Placid cuando se entera del movimiento de Alemania sobre Checoslovaquia e inmediatamente intenta abandonar su carrera y reunirse con su gente. El viaje no se puede organizar y, sola en un país extraño, busca a un tío, Carl Cermack, que se ha convertido en un próspero ciudadano americano. El tío le da la bienvenida a su suntuosa casa de Long Island, donde vive con sus mimadas hijas debutantes Irene y Susan. Vera se entera de que las dos hermanas están peleando por el mismo hombre, Paul Jordan, el socio menor de Cermack, que no se siente abrumado por ninguna de las hermanas. Vera invita a su tío y a sus primos a unirse a ella en Lake Placid, donde aparecerá en el deslumbrante ballet de Nochevieja. Ella es nombrada "reina" del ballet, y Roy Rogers, un vaquero estrella de cine visitante, es nombrado "rey". Paul comienza a interesarse por Vera y ella acepta firmar un contrato con Webb, siempre que pueda usar un nombre falso en sus programas. Jiggers sugiere que la llamen "Cenicienta" porque ha perdido uno de sus famosos patines. Cuando Vera abre en el Madison Square Garden, Jiggers plantea la historia de que se niega a aparecer hasta que le devuelvan el patín. Consciente de que Paul se ha quedado con su patín como recuerdo, Cermack telefonea a su socio en Texas. La noche de la inauguración, Webb y Jiggers se desesperan porque Vera se ha tomado en serio su broma publicitaria y se niega a continuar a menos que le devuelvan el patín. Ninguno de los falsos "Príncipes Encantadores" que Jiggers ha contratado tiene el patín adecuado, por supuesto. La cansada Vera ni siquiera mira al último aspirante, pero el patín es suyo. Ella mira hacia abajo y reconoce a su padrino, Jaroslav, quien fue traído a Estados Unidos por su tío. Explica que su patín se lo regaló un joven. Hace una seña a la multitud y Paul emerge. Vera se encuentra en los brazos de su propio Príncipe Azul.